El AMOR A LA CREACIÓN

He visto florecer al almendro en invierno,

marchar la golondrina, dejando el frío seco,

caer los pétalos de la flor de almendro,

el volver de la golondrina, por la primavera,

el verdear del sarmiento, hasta dejarlo cubierto,

al frutal florear, al granado granar, a la vid racimar,

donándonos de sus frutos y al campo sembrar, 

vencer su cosecha de trigo, dándonos alimento, 

y al olivo… en el me rindo por su oro lindo,

de todo lo que la vida nos da a cosechar,

de ella nos servimos y de su cometido vivimos.

A lo largo de lo vivido y en lo observado digo…

si la higuera sombrea y sus frutos carnean, 

al vino rama buena cosecha, pasado el verano

y el otoño, la golondrina nos deja…

¡Cuánto amor da la naturaleza!

en el ciclo que nos deja… ella nos da,

si la golondrina viene y va… en la primavera

nace el amor de ella… cuanto pasara al viajar,

tanta distancia por amor a la creación… es amor,

si la hormiga guarda a despensa y camina en armonía,

juntas mueven montañas, se organizan y se aman,

conviven en una sola acción de amor en producción,

la hormiga traslada semillas y las almacena, 

de ellas algunas germinan y nacen nuevas plantas, 

¡Cuanto hace la hormiga por la creación!

si los animales se agrupan y conviven por amor,

se aman, se protegen y a veces no siendo de la misma especie,

y la abeja poliniza la flor de las plantas… ¡Todo por la creación!

¡Cuánto amor hay en la vida! ¿Es el amor lo que motiva?

si es así ¿Qué hago yo por la hormiga o por la golondrina?

¿Qué hago por la creación?... Creo que Dios al crear todo,

nos dejo parte de algo, para que lo continuáramos,

para que como él ama su proyecto, 

nosotros sintiéramos ese amor,

al continuar su creación,

formando parte de él…

Autor: Luis P. Limiñana

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